domingo, 14 de marzo de 2010

No podemos permitir otra muerte en Cuba



Con estas palabras recuerdan los checos sus años bajo la sombra de la Revolución de Octubre: “El memorial a las víctimas del comunismo es dedicada a las víctimas, no solo aquellas que fueron encarceladas o ejecutadas sino también aquellas cuyas vidas fueron arruinadas por el totalitarismo despótico.” 





El Parlamento europeo se promulgó el pasado Jueves en contra del gobierno cubano por haber permitido la muerte de Orlando  Zapata Tamayo, quien se encontraba en huelga de hambre. También pidió la liberación inmediata de los restantes prisioneros políticos y le exigió a Catherine Ashton, quien se encuentra a cargo de asuntos extranjeros y de seguridad, que presionara para que se produjera una transición pacífica hacia la democracia pluripartidista en la isla.
La reacción del gobierno cubano  no se hizo esperar. Esgrimiendo los mismos argumentos manipulativos de siempre (las  bajas tazas de mortalidad infantil en la isla, los logros en materia de salud, la ayuda desinteresada que los médicos cubanos brindan a distintos países del tercer mundo) dijo que no se dejaría presionar y que no liberaría a los prisioneros políticos. Ante esta posición asesina y arrogante no puedo más que coincidir con Jerzy Buzek, el presidente de la Asamblea europea cuando dijo que: “No podemos permitir otra muerte en Cuba. Pedimos la liberación inmediata de los prisioneros políticos. Necesitamos acción, el gobierno cubano tiene que respetar las libertades fundamentales, especialmente la libertad de expresión y asociación política. La libertad de movimiento tiene que ser también respetada.”
Ciertamente no nos podemos permitir más muertes en Cuba, ni las muertes reales de los valientes que hoy se encuentran en huelga de hambre ni las muertes simbólicas de esos millones de cubanos que durante 50 años han visto sus vidas pasar frente a sus ojos mientras ellos son obligados a vivir un sueño que no es el suyo, una mentira que no se inventaron. 

sábado, 13 de marzo de 2010

Yo voy a mantener mi posición hasta el final


El martes 9 de Marzo, Guillermo Fariñas, uno de los cubanos en huelga de hambre por la libertad de los prisioneros políticos de la isla,  declaraba a la prensa que estaba dispuesto a morir: “Yo les digo: o liberan a los prisioneros políticos más enfermos o nada. Yo voy a mantener mi posición hasta el final.” Así hablaba por teléfono a la prensa internacional, mientras la prensa nacional le acusaba de ser un agente de los Estados Unidos… nada la vieja táctica de desacreditar al enemigo, de desmoralizarlo a los ojos de los demás.
Ya hoy, Marzo 13, 15 días después de haber iniciado la huelga, Guillermo sufrió un nuevo colapso y fue hospitalizado. Las imágenes hablan más que las palabras así que aquí les dejo el video donde se puede constatar las precarias condiciones físicas en que se encuentra Guillermo. Su moral, no obstante, se eleva hasta ese cielo que el gobierno castrista nos ha empañado de oprobio durante las últimas 5 décadas. 

viernes, 26 de febrero de 2010

Una nueva carga al machete


A escasas horas de la muerte de Orlando Tamayo, cinco cubanos dignos de su patria han decidido presionar al gobierno de Raúl Castro y exigir la libertad de los opositores que aún se hallan prisioneros. Sus nombres son Eduardo Díaz Fleitas, Diosdado Gonzáles, Nelson Molinet, Fidel Suárez Cruz, actualmente prisioneros; y Guillermo Fariñas.
Este Domingo se producirá en Miami una marcha de protesta en homenaje a Orlando Tamayo y solidaridad con los hombres actualmente en huelga de hambre.
Desde todos los rincones del mundo, de una manera u otra, todos los cubanos dignos nos uniremos a este reclamo, nos uniremos a esta nueva carga al machete.
No olvidemos tampoco contarle a todos lo que está pasando pero sobre todo debemos contárselo a los familiares y amigos que aún viven dentro de la isla. La desinformación es una de las armas más fuertes que el gobierno cubano emplea para subyugar al pueblo y nos toca a nosotros neutralizarla.  ¡Viva Cuba Libre!

miércoles, 24 de febrero de 2010

Homenaje a Orlando Zapata Tamayo

Una vez más Cuba tiene que lamentar la muerte de uno de sus mejores hijos. Esta vez se trata de Orlando Zapata Tamayo, quien se encontraba en prisión desde el 2003 por oponerse al régimen de los hermanos Castro.
Según la BBC Mundo “El disidente cubano murió el martes luego de pasar 85 días en huelga de hambre. (…) Pese a que había sido condenado a tres años de prisión organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional aseveran que su condena se elevó a 25 años y seis meses de prisión por diversos delitos como desacato, desorden público y resistencia.”
Para Cuba Tamayo constituía un peligro, el peligro de una voz que se alzaba independiente, valiente; de un hombre que no se dejó doblegar, que no bajó la cabeza, que no se rindió ni tan siquiera cuando la muerte vino y le miró a los ojos.
El gobierno piensa que ha logrado que otro grande pase desapercibido, no entiende que justamente hombres como este son los que hablan aún desde la tumba, son los que mañana inspirarán a todo el pueblo cubano a erguirse y decir: “!BASTA!” 

domingo, 7 de febrero de 2010

Imágenes

A veces las imágenes dicen más que las palabras. Suelo regodearme en ellas, cazarlas mientras camino por las calles y observo lo que sucede a mi alrededor como si fuera una obra de teatro en la que cada rostro, cada gesto, cada suceso, esconde una historia que me toca imaginar.
El viejo barrio de Guanabacoa, cuna de organizaciones secretas, toques de tambor y leyendas africanas es uno de los sitios mas pintorezcos de Ciudad de la Habana. Sin embargo, a pesar de la protección que le brindan sus dioses africanos no ha escapado al deterioro y la angustia que parece enseñorearse de Cuba.
Los jóvenes de antaño se sientan en sus esquinas para exorcizar juntos los sueños no cumplidos y el triste pasar de sus días sumidos en una lucha por la supervivencia para la cual ya no tienen fuerzas. Olvidados por el gobierno, solos, algunos de ellos revenden incluso el jabón o la pasta de dientes que les dan en las bodegas para procurarse un dinerito que les permita comprar alimentos. 

Otros, vencidos ya, han optado por mendigar…







incluso algunos que no peinan canas.





Y pareciera lejano el momento en que mi niño feliz corra a mi encuentro en un país libre y económicamente estable…pareciera lejano, pero no lo es.

sábado, 30 de enero de 2010

La casa de Laura



Laura tiene la sonrisa fácil y desborda cariño mientras contonea su corta estatura por las calles de su barrio natal. Profesional enamorada de su carrera, disfruta de una posición privilegiada pues, gana  mensualmente 400 pesos cubanos más 12 pesos en moneda libremente convertible. Su esposo, profesional también, directivo de la misma empresa, gana 500 pesos cubanos más 30 pesos convertibles. A pesar de sus salarios, altos si los comparamos con los de la mayoría de los cubanos; y a pesar de su nivel profesional, alcanzado durante años de estudio, no tienen donde vivir. Le alquilaron una pequeña habitación a un anciano para el cual pronto representaron estabilidad económica y emocional y, después de varias negociaciones, consiguieron que el hombre les vendiera la placa para construir en la azotea. Tras muchas otras negociaciones y carreras lograron engrosar la lista de privilegiados a los que el gobierno les dio el permiso para realizar la construcción.
El proyecto les cuesta más dinero del que pueden obtener por medio de sus empleos. ¿La solución? La misma que han ido hallando todos los cubanos, sin importar color de piel, profesión, sexo o educación recibida en el seno familiar: robarle al estado. Diariamente llegan a su casa dos mujeres acompañadas del susto constante con el que se ven obligadas a vivir: les traen varias bolsas llenas de alcohol que hurtan de la fábrica donde trabajan. Los dos galones que logran llenar son llevados luego por Laura a su padre, quien finalmente lo procesa y lo vende. Logran hacer en una semana lo que Laura y su esposo no ganan en un mes. Y así, de susto en susto y de ladrillo en ladrillo, van levantando su casita. A veces Laura se despierta sobresaltada pensando que la policía ha tocado a su puerta para llevarles lo poquito que han logrado. Tiene 30 años pero pareciera que tiene 40. Las aspiraciones que alimentó de estudiante se han desvanecido y se imagina dentro de 15 años, dándose sillón en la sala de la casa recién terminada… pensando en los días y, sobretodo, en los sueños que se le fueron en el intento de levantarla.    

domingo, 24 de enero de 2010

De las matemáticas a la alienación




El salario de mi hermano como guardia de seguridad de una institución estatal asciende a 250 pesos cubanos más 10 pesos convertibles o CUC (moneda con valor sólo dentro de la isla con una tasa de cambio de aproximadamente 27 pesos cubanos por un CUC). En aras de proporcionar a su familia de 3 personas adultas y un bebé una dieta balanceada según los estándares cubanos, mi hermano  debería comprar como mínimo arroz, frijoles varios, carne, pescado, huevos, frutas, leche y la famosa malanga, que , en nuestra cultura, es el alimento por excelencia de los bebés.

Mensualmente el estado hace llegar a las bodegas en pesos cubanos 6 libras de arroz y 1 libra de frijoles por persona. Adicionalmente garantiza 5 libras de azúcar y 1 libra de sal. De vez en vez, proporciona también papas, plátanos y boniatos en cantidades que no sobrepasan las 5 libras por persona; así como 8 huevos, 1 libra de pescado, 1 libra de pollo y media libra de aceite. Aún asumiendo que todos estos productos fueran entregados cada mes de manera estable, cosa que no se corresponde con la realidad, las cantidades antes mencionadas sólo alcanzan para cubrir las necesidades alimenticias durante las primeras 2 semanas del mes. ¿Qué come mi hermano y su familia pasado este tiempo? Bueno, siguen comiendo lo mismo sólo que ahora tienen que comprarlo en las llamadas shopping, mercados exclusivamente en CUC; en los agros o en el mercado negro (estas dos últimas opciones funcionan tanto en CUC como en pesos cubanos). En la shopping los precios son tan elevados, considerando el salario promedio de un trabajador, que sólo unos pocos privilegiados pueden darse el lujo de comprar allí todos los productos antes mencionados. En el mercado negro y en el agro la libra de arroz nunca cuesta menos de 5 pesos, la carne de cerdo, carnero o pollo, fíjense que ni a mencionar me atrevo la carne de res, cuesta 20 pesos como mínimo; la libra de tomates cuesta 7 pesos; la de malanga puede ascender a 10 y en caso de que quisiera comprar algo de fruta debe pagar la piña, por ejemplo, a 10 pesos. Si mi hermano tuviera la fatal ocurrencia de comprar para la semana todos estos artículos, bastante elementales, nunca gastaría menos de 300 pesos… ¡pero él gana sólo 250 + 10 CUC y todavía debe abastecer su hogar de artículos básicos de aseo personal, ropa y calzado! Por suerte para él, cada mes recibe una remesa familiar directa desde Europa: una ayuda económica sin la cual se vería obligado,  a pesar de sus preceptos morales y su alto sentido del respeto al prójimo, a ensanchar las filas de los millones de cubanos que han hecho de la ilegalidad una forma natural de ganarse el sustento; una ayuda económica que, no obstante, no puede impedir que, como a sus coterráneos, se le pase la vida sin tiempo para soñar, inmerso en una rutina que le corroe los mejores años de su vida.  
Nota: En las fotos, tienda estatal en pesos cubanos en el municipio capitalino de Guanabacoa. Estas tiendas deben abastecer a la población de ropa, calzado y artículos para el hogar en pesos cubanos, que es la moneda en la cual los salarios son pagados.

jueves, 21 de enero de 2010

Tregua Fecunda




Entre 1878 y 1895 José Martí se dedicó a preparar la guerra necesaria que se desencadenaría por la liberación de Cuba de España. Hombre sabio, supo cuándo retirarse a su refugio, cuándo preparar el espíritu y el cuerpo para ganar la batalla que se avecinaba.
Considero una cualidad loable el saber cuándo soltar las amarras, cuándo preparar, cuándo sembrar y cuándo recoger. Siguiendo ese precepto me fui con los míos por fin de año. No escribí en el blog durante ese tiempo, pero él no se apartó de mi mente ni un solo instante y cada segundo, cada encuentro, lo viví pensando en cómo hilvanaría luego las historias que me asaltaban en la calle para  publicarlas luego en estas páginas digitales. Finalmente estoy de vuelta, mis ojos y mi corazón, siendo los mismos, son diferentes: están más llenos que nunca de la realidad cubana y enamorados como una jovenzuela de su patria.